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The Nude as a Classical Resource: Skin That Never Lies

6 de julio de 2025
El desnudo es el lenguaje más antiguo, el primer acto de verdad sin artificios. No es solo piel ni carne; es un territorio sagrado y vulnerable donde el yo se revela sin disfraces. En la historia del arte, el desnudo ha sido un recurso clásico, una referencia constante, una llama que no se apaga.

Pero ¿qué significa hoy esa piel desnuda? ¿Sigue simbolizando una perfección idealizada, o se ha transformado en un espejo de fragilidad, contradicciones y pulsiones?

El desnudo no es mera forma: es presencia. Resuena en la antigüedad y grita en el presente. Un cuerpo que se ofrece y a la vez se resiste. Un recurso clásico que atraviesa el tiempo para cuestionar nuestras certezas sobre la belleza, el deseo y la identidad.

Cuando trabajo con el desnudo, no busco reproducir cánones, sino dialogar con esa tradición milenaria, sacudirla y confrontarla. Porque en esa piel expuesta habita lo eterno y lo efímero, la fuerza y la fragilidad, la historia y el ahora.

El desnudo es una paradoja: lo más íntimo y, al mismo tiempo, un acto público. Es la materia prima con la que se tejen el mito y la realidad. Y en esa tensión encuentro la inspiración para crear obras que no solo muestran cuerpos, sino que nos invitan a mirarnos sin máscaras.